Durante nuestro viaje para encontrar la puerta de acceso al mundo de la literatura, durante el recorrido que todos juntos hicimos por ese mundo y en mis primeros pasos por el mundo de la educación hemos podido escuchar, en numerosas ocasiones, a nuestros guías hablándonos de la importancia que debe tener para un maestro la formación continua y el deseo de seguir aprendiendo a través de cursos e incluso de lo que puedan enseñarnos los propios niños…
Y, sinceramente, creo que es cierta tanto esa importancia en la formación continua, como esa posibilidad de aprender de nuestros alumnos, pero… ¿¿Por qué nadie se acuerda de esos otros “maestros olvidados” a los que conocimos en nuestra infancia y que siguen estando a nuestra disposición para cuando necesitemos visitarlos?? ¿¿Por qué no damos la importancia que se merece a esas otras enseñanzas sobre la vida que tanto nos pueden ayudar personalmente y laboralmente?? ¿¿Acaso el hecho de que nos salga barba nos debe hacer avergonzarnos de sacar al niño que todos llevamos dentro??
Creo que, a lo largo de la vida, cualquier persona puede llegar a encontrarse como un león asustado y perdido; incapaz de enfrentarse al pasado, con miedo de mirar hacia el futuro y huyendo de la realidad presente.
Y es que, a veces, las personas podemos llegar a olvidar quienes somos realmente; sentimos que nada de lo que podamos hacer servirá para dar solución a ese problema que nos atenaza, que ninguno de los consejos que nos pueda dar un buen amigo servirá para liberarnos de nuestras preocupaciones o que nadie es capaz de comprendernos y apoyarnos en un momento complicado…
¡¡Es entonces cuando aparecen aquellos maestros olvidados para recordarnos esas lecciones tan importantes que nos sirven para enfrentarnos a la vida!!
Como hemos podido ver, hace muchos años que el maestro Rafiki nos enseñó que, a veces, debemos adentrarnos por caminos complicados y peligrosos para poder mirar en nuestro interior, volver a recordar quiénes somos realmente y comprender que somos capaces de conseguir grandes hazañas si dejamos a un lado nuestros miedos del pasado y decidimos enfrentarnos a las dificultades del presente con entusiasmo y convencimiento…
Y ahora que hemos recordado las enseñanzas de este peculiar simio… ¿¿Seremos capaces de llevar a la práctica lo aprendido??