La primera etapa del viaje llega a su fin y ha llegado el momento de recordar todos los momentos por los que hemos pasado.
Durante este tramo inicial hemos recorrido juntos un largo camino que nos ha llevado por las calles de la literatura infantil y nos ha brindado la posibilidad de guiarnos por las estrellas, junto a Grígor y a su caballo Danko, hasta llegar a aquel “mar de letras” que nos llenó de sensaciones; pero nuestro viaje debe continuar…
Y, como en la vida, debemos mirar hacia el futuro aprendiendo del pasado; ilusionados ante el horizonte que observamos, pero sin olvidar las piedras que hemos dejado atrás.
Porque, tras este breve recorrido por la literatura infantil, lo primero que me viene a la cabeza es que “para soñar como un niño, hay que pensar como un niño”; es decir, uno acaba por darse cuenta de que no sirve para nada el hecho de conocer grandes obras y autores de la literatura universal, o toda esa teoría sobre el desarrollo infantil, si no somos capaces de ponernos en el lugar de esa personita que se debe enfrentar a un libro…
Ha llegado la hora de dejar atrás nuestra mentalidad adulta e intentar convertirnos, por un momento, en esos niños a los que debemos motivar y educar en la lectura; porque, si algo se puede extraer de esta primera etapa del viaje, es que lo realmente importante a la hora de elegir un libro son los gustos personales de cada uno.
Siempre he pensado que a todos nos asusta un poco lo desconocido, que continuamente aparecen miedos a la hora de emprender una nueva aventura o de enfrentarse a un nuevo reto y que incluso a veces ese temor nos impide disfrutar de aquello que nos intimida; por eso creo que, como maestros, debemos ser nosotros los que facilitemos a nuestros alumnos el hecho de afrontar el nuevo reto que es la lectura y los que acertemos a la hora de seleccionar aquellos textos que capten a los primeros lectores.
Así que yo os propongo que nos esforcemos por utilizar todos nuestros conocimientos y recursos para conseguir que la literatura le gane la batalla al aburrimiento… ¡¡Porque en nuestra mano está el hecho de que generaciones y generaciones de niños utilicen los libros para leer, o simplemente para calzar aquellas mesas que cojean!!
Durante este tramo inicial hemos recorrido juntos un largo camino que nos ha llevado por las calles de la literatura infantil y nos ha brindado la posibilidad de guiarnos por las estrellas, junto a Grígor y a su caballo Danko, hasta llegar a aquel “mar de letras” que nos llenó de sensaciones; pero nuestro viaje debe continuar…
Y, como en la vida, debemos mirar hacia el futuro aprendiendo del pasado; ilusionados ante el horizonte que observamos, pero sin olvidar las piedras que hemos dejado atrás.
Porque, tras este breve recorrido por la literatura infantil, lo primero que me viene a la cabeza es que “para soñar como un niño, hay que pensar como un niño”; es decir, uno acaba por darse cuenta de que no sirve para nada el hecho de conocer grandes obras y autores de la literatura universal, o toda esa teoría sobre el desarrollo infantil, si no somos capaces de ponernos en el lugar de esa personita que se debe enfrentar a un libro…
Ha llegado la hora de dejar atrás nuestra mentalidad adulta e intentar convertirnos, por un momento, en esos niños a los que debemos motivar y educar en la lectura; porque, si algo se puede extraer de esta primera etapa del viaje, es que lo realmente importante a la hora de elegir un libro son los gustos personales de cada uno.
Siempre he pensado que a todos nos asusta un poco lo desconocido, que continuamente aparecen miedos a la hora de emprender una nueva aventura o de enfrentarse a un nuevo reto y que incluso a veces ese temor nos impide disfrutar de aquello que nos intimida; por eso creo que, como maestros, debemos ser nosotros los que facilitemos a nuestros alumnos el hecho de afrontar el nuevo reto que es la lectura y los que acertemos a la hora de seleccionar aquellos textos que capten a los primeros lectores.
Así que yo os propongo que nos esforcemos por utilizar todos nuestros conocimientos y recursos para conseguir que la literatura le gane la batalla al aburrimiento… ¡¡Porque en nuestra mano está el hecho de que generaciones y generaciones de niños utilicen los libros para leer, o simplemente para calzar aquellas mesas que cojean!!
Me ha encantado la manera en la que has hecho la reflexión. Tienes un arte especial para hacer de las letras un baile y ritmo que no te deja parar.
ResponderEliminarOjalá que hubiese más personas que tuviesen un poquito de cabeza al igual que tu has mostrado al hacer la reflexión.
Enhorabuena y sigue así, que estoy convencida de que llegarás muy lejos y dejarás huella por aquellos sitios por los que pases.
Sinceramente eres un crak, sigue así nunca cambies.
un saludo y ten por seguro que te seguiré escribiendo.
Perfecto. No tengo nada que añadir al comentario de Pilar :)
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