31 dic 2011

Sentados alrededor de la hoguera...

Hace muy poco hicimos la última parada de nuestra aventura hacia el mundo de la literatura; llegamos al pueblecito de los literatos y dimos por concluido el viaje, pero al despertarnos a la mañana siguiente, observamos en la lejanía una especie de cueva sostenida por dos pilares de piedra.

Habíamos recorrido un largo camino, habíamos superado multitud de dificultades y nos habíamos esforzado muchísimo como para temer entrar en aquella cueva para investigar lo que había en su interior; así que nos dirigimos hacia allí con la intención de curiosear un poco…

Era una entrada enorme y la piedra de los pilares que sostenían la entrada estaba tallada con multitud de nombres, pero no prestamos demasiada atención a ese detalle y accedimos unos metros hasta llegar a una inmensa puerta de madera; sobre ella, tallada en la propia roca que formaba la cueva, podíamos ver la siguiente inscripción: “¡¡Bienvenidos al mundo de la literatura!!”.

¡¡¡Realmente existía!!!

Aquella aventura en la que nos embarcamos hace tiempo tenía por objetivo conocer mucho más acerca de este maravilloso mundo, pero nunca llegamos a pensar que realmente existía físicamente; no podíamos imaginar que, tras una gran puerta de madera, existiera un mundo en el que se recogiera todo aquello que habíamos experimentado en nuestro largo trayecto.

Intentamos abrir aquella puerta, pero estaba cerrada; así que decidimos volver al pueblecito de los literatos para encontrar la manera de acceder a ese mágico mundo.

Había anochecido, así que decidimos encender una hoguera y repasar juntos todo lo que había acontecido durante nuestra aventura hasta allí.

Recordamos nuestra total ignorancia mientras preparábamos un viaje para aprender sobre algo que ni siquiera éramos capaces de definir, repasamos juntos las anécdotas que vivimos por las calles de la literatura infantil y revivimos los momentos vividos en aquel pequeño puerto rodeado por un mar de letras.

¡¡Incluso miramos al firmamento para rememorar a ese pequeño potrillo que era capaz de guiarse por las estrellas!!

También estuvimos comentando el paso por nuestra tierra, la belleza del legado que habían dejado nuestros antepasados e incluso la maravillosa gastronomía de la que disfrutamos en comparación con el resto de lugares visitados… ¡¡¡Llevábamos sin probar el jamón desde nuestro paso por España!!!

Y, mientras hablábamos de nuestro hogar, nos acordamos de la visita de nuestros hermanos puertorriqueños, de aquellos momentos divertidos que pasamos junto a ellos y de la preciosa despedida que nos brindaron.

Estábamos absortos en nuestros pensamientos y nos divertíamos recordando todo lo que habíamos vivido; ni siquiera nos habíamos percatado de la presencia de aquella mujer que nos observaba pacientemente…

Estaba sonriendo mientras nos escuchaba y decenas de mariposas revoloteaban a su alrededor; se acercó para sentarse con nosotros y nos contó que había nacido en el pequeño pueblecito de grandes lectores pero que, hace unos años, decidió venir a vivir al pueblo de los literatos para trabajar allí en la creación de sueños y mundos fantásticos.

Parecía entusiasmada con nuestra historia y nos pidió que siguiéramos hablando de nuestro viaje; así que decidimos contarle la historia de aquella chica llamada Gea a quienes los hombres del pasado renombraron como “Verdeprado” y le explicamos cómo nos custodiaron las hadas y los duendes en nuestro camino por aquellos parajes folclóricos en los que habíamos conocido a tantísima gente.

Fue entonces cuando la mujer nos preguntó por el pueblo de los lectores; ella sabía perfectamente que era la siguiente parada en nuestro viaje y estaba preocupada por cómo podían ir las cosas en su pueblo natal…

Pronto comenzamos a explicar nuestro paso por el pueblecito de lectores y la visita que realizamos a la granja de ac“kiwi”dades; repasamos juntos las claves para conseguir hacer de los niños unos grandes lectores y vimos tranquilizarse a aquella mujer cuando dijimos que la vida en el pueblo iba de maravilla y que sus habitantes habían cuidado mucho de nosotros.

Y, así, es como le explicamos nuestra llegada al pueblecito en el que ahora vivía; le contamos nuestra pequeña escapada a la fábrica de sueños y le confesamos que incluso habíamos llegado a poner en marcha la maquinaria de la creatividad para realizar algunas obras que llevábamos con nosotros.

Entonces decidimos preguntar a nuestra nueva amiga por aquella enorme puerta de madera incrustada en la cueva y por la imposibilidad de acceder al mundo de la literatura; nos explicó que, para entrar en ese mundo, no valía simplemente con tener curiosidad, que no todo el mundo era capaz de acceder y que la puerta sólo se abriría cuando nuestro propio corazón desprendiera un auténtico deseo por conocer aquellas tierras de fantasía.

Al ver nuestras caras de decepción, decidió cambiar de tema y preguntarnos por todo aquello que habíamos aprendido a lo largo de nuestro viaje…

Entonces, después de reflexionar un poco más y analizar el viaje de forma global, pudimos manifestar que aquella aventura nos había servido para el desarrollo de nuestra futura labor como profesionales; que habíamos sacado mucho de todas aquellas fuentes de las que habíamos bebido en el camino, pero que igual de importantes habían sido otras muchas fuentes de información a las que no habíamos hecho referencia y que también nos habían sido muy útiles para aprender.

Igualmente mencionamos el gusto que habíamos adquirido por la literatura y todas aquellas formas de trabajar que habíamos adquirido para emplear con las futuras generaciones, confesamos que nuestro nivel de conocimiento había aumentado mucho durante el trayecto y que incluso habíamos aprendido a trabajar en equipo y a solucionar los problemas que a veces nos habíamos encontrado; pero, sobre todo, quisimos destacar el espíritu de superación, el esfuerzo realizado para llegar hasta allí y la posibilidad que nos había brindado aquel viaje para aprender a investigar, para valernos por nosotros mismos y para convertirnos, poco a poco, en mejores personas…

¡¡¡Ahora lo entendíamos todo!!!

Según íbamos recordando nuestro viaje, el deseo por entrar en el mundo de la literatura aumentaba y nuestro apetito literario se hacía cada vez más grande; aquella conversación alrededor de la hoguera había terminado de prepararnos para sobrepasar aquella puerta que escondía infinidad de secretos, así que decidimos descansar y esperar a ver qué nos deparaba el mundo de la literatura al día siguiente…

¡¡¡Y es que pronto estaríamos visitando aquel universo de fantasía!!!

30 dic 2011

¡¡Creando un mundo de fantasía!!

Hemos llegado al final de nuestro viaje y, entre lágrimas y sonrisas, todos nos felicitamos por todo lo aprendido a lo largo del camino; pero aún no ha llegado el momento de analizar el viaje de forma global…

Y es que esta quinta etapa también ha dejado multitud de cosas interesantes que merece la pena comentar y analizar; pues, en este tiempo, pudimos visitar el pueblecito en el que nacen los grandes literatos que trabajan en esa gran fábrica de sueños de la que salen todas las creaciones enviadas a todos los rincones del mundo y, especialmente, al pueblecito de lectores.

¡¡Incluso tuvimos la oportunidad de colarnos en la fábrica y poner en funcionamiento la maquinaria de la creatividad con la que realizamos algunos textos de diferente tipo!!

Y es que, cuando uno se decide a crear un texto, se da cuenta de lo divertido que puede llegar a ser; pues, a través de una idea principal, puede intentar transmitir muchísimo.

Además… ¡¡También es interesante imaginar, mientras escribes, la reacción que ocasionarán en los lectores todo ese flujo de palabras y frases que salen del interior!!

Pero creo que también es importante decir que, durante el trayecto de esta etapa, hemos aprendido cómo podemos aportar algo a ese mágico mundo que hemos recorrido durante tantos meses; pues no era justo pasar por el mundo de la literatura sin haber dejado nuestra huella.

No obstante, todo esto debe madurar en nuestro interior y servir para ofrecer a las futuras generaciones el fruto de la creatividad y de la ilusión por aportar algo a la literatura; pues, si somos capaces de mostrarnos como ejemplo de persona que disfruta escribiendo, conseguiremos despertar en nuestros alumnos una curiosidad e interés por conocer los placeres de la creación literaria.

Porque si no existen personas capaces de crear literatura, los lectores se verán privados del placer que supone el hecho de introducirse en mundos de fantasía e ilusión…

Por eso, desde aquí propongo animar a padres y abuelos para que sean ellos mismos los que inventen una historia que puedan contar a los más pequeños de la casa y gozar de la alegría que supone ver cómo brillan los ojos de aquel pequeño que sueña con unos personajes creados por las personas a las que más quiere; pues, si hay algo mejor que ver a un pequeño disfrutar, es verle disfrutar con algo que tú mismo has realizado…

Y ahora que he decidido aportar un poco al mundo de la literatura… ¿¿Te animas a acompañarme??

¡¡Trabajando en la fábrica de sueños!!

La actividad de este quinto bloque consiste en la creación de diferentes textos literarios (uno en verso, uno en prosa y un diálogo teatral); teniendo en cuenta todo aquello que hemos aprendido en nuestra visita al pueblo de los grandes literatos.

Y, con estas creaciones, quiero realizar un pequeño homenaje a la tierra de mis padres y abuelos (porque la gente manchega, bien lo merece), a esa persona que tanto me ha aportado y que me ha enseñado a disfrutar de los buenos momentos y aprender de aquellas situaciones dolorosas por las que todos debemos pasar (porque han sido muchos momentos inolvidables junto a ti) y también a los golfos con los que he compartido casi media vida y siguen a mi lado (porque, si llegáis a leer todo esto y echáis la vista atrás, no os extrañaría haber sido realmente los protagonistas de aquella situación que os dedico...).

Verso

Tierra de bellos gigantes,
grandiosos como elefantes;
tierra de pan, vino y queso,
donde recibí el primer beso;
tierra de mil tradiciones,
que no permite traiciones.
Por sus calles he jugado,
he reído y vacilado;
pues la tierra de la Mancha,
tiene un ambiente que engancha;
sin olvidar a su gente,
que tengo siempre presente.
Y si no es mucho pedir
yo les querría decir
que se acerquen por mi tierra
donde no existe la guerra;
sin olvidar la cartera
para gastar donde quiera.
Pues lo realmente importante…
¡¡¡Es que deje un buen montante!!!


Prosa

¡¡Poder galopar en libertad por aquellos verdes campos!! ¡¡Disfrutar de una suave brisa que acaricia la piel!! ¡¡Sentir la cálida luz del Sol bañando el horizonte!!

Cualquier persona habría asegurado que estoy hablando del sueño de algún animal salvaje, pero lo cierto es que todo aquello se había convertido en una especie de pesadilla adictiva para mí; una continua alucinación a la que temía, pero de la que no quería despertar…

Porque aquel caballo galopaba desesperado, temeroso y perdido en aquel verde infinito; buscando la manera de poder disfrutar de sus sueños, persiguiendo aquellas sensaciones que poco a poco había ido perdiendo, luchando por no rendirse y confundido al no poder gozar de un lugar tan hermoso.

Y así es como me sentía yo mismo cada vez que la noche me llevaba a aquel mundo imaginario pero, a la vez, conocido; de alguna manera me sentía conectado a aquel caballo y a la inmensa profundidad de aquel verde paisaje del que no podía escapar.

Pero, una mañana más, el despertador me había sacado de aquel lugar para devolverme al mundo real, para recordarme que debía afrontar mis obligaciones y hacerme consciente de mi forma humana; así que salí de la cama lo más rápido que pude y me metí en la ducha, pero aquel frío invernal ya había penetrado en mis huesos haciéndome sentir aún más desorientado y somnoliento.

Cuando recuperé el calor corporal comencé a vestirme muy despacito mientras daba vueltas a aquel sueño; al pensamiento que me atraparía durante el resto del día y que borraría la sonrisa de mi rostro.

Llevaba varios días absorto en mis propias ilusiones, demasiado ocupado intentando dar sentido a mis visiones nocturnas y deseoso de volver a aquella prisión que me había propuesto convertir en el paraíso del que merecía disfrutar aquel caballo salvaje; pero necesitaba estar dormido demasiado tiempo, necesitaba soñar las suficientes horas como para saber qué estaba ocurriéndome en aquellos sueños y por qué, cada vez que me dormía, adoptaba la forma de un hermoso caballo salvaje. Así que aquella noche decidí mantenerme despierto para acumular sueño y poder resolver los enigmas de aquella fantasía.

Y, al fin, llegó la noche siguiente. Me notaba cansado, aturdido y extrañamente feliz al saber que encontraría el significado de un sueño que estaba cambiando mi vida; así que, tan rápido como pude, me metí en la cama intentando quedarme dormido cuanto antes…

De repente, sentí cómo me convertía en aquel caballo de belleza incomparable y pronto comencé a huir sin entender nada, simplemente galopaba y sentía cómo la incertidumbre se apoderaba de mis acciones; ni siquiera sabía cuál era el camino correcto, estaba perdido y desesperado, así que decidí tumbarme en aquella cama de tréboles que se había formado junto al lago.

Parecía un buen lugar para rendirme y esperar a que me atrapara todo aquello de lo que había estado huyendo; pero, de repente, del interior de aquel lago surgió una pequeña grulla que se dirigió hacia mí.

- ¿¿Por qué huye una criatura tan fuerte y noble?? – Me preguntó la grulla.
- Algo me persigue y ya no me quedan fuerzas para seguir huyendo… ¡¡Esperaré pacientemente lo que me deparé el destino!! – Contesté enfadado por su intromisión.
- ¡¡Debes enfrentarte a tus miedos, hermoso caballo!!! – Replicó el ave mientras desaparecía dentro del lago.
- Pero… ¡¡Tengo miedo de que me hagan daño!! – Dije para mí mismo.

Estuve allí tumbado varias horas, asustado y pensando en las palabras de aquel pájaro, pero seguía sin tener fuerza para levantarme.

De repente, me di cuenta de que llevaba mucho tiempo huyendo de mis propios miedos y de que, así, jamás conseguiría hacer de aquel lugar un paraíso en el que poder disfrutar; y fue entonces cuando tomé conciencia de que lo único que me perseguía era mi temor, por lo que decidí levantarme y volver sobre mis pasos…

Al principio trotaba temeroso, con cautela y mirando con atención todo cuanto me rodeaba, pero poco a poco me iba sintiendo más confiado y pronto me vi galopando a gran velocidad; disfrutando, por primera vez, de aquella libertad que había recuperado librándome de mis temores.

En aquel momento observé a mi lado a una preciosa yegua que me acompañaba en el galope, se esbozaba una pequeña sonrisa en su cara y me hizo un gesto para que mirase hacia atrás; al girarme, mientras continuaba galopando, pude ver cómo, juntos, liderábamos el firme cabalgar de todos los caballos que nos acompañaban alegremente.

Decidí disminuir la marcha hasta detenerme completamente, todos me rodearon y comenzaron a jugar conmigo, alegres de volver a verme; y, aunque no sabía muy bien quiénes eran mis nuevos compañeros de viaje, lo cierto es que tenía la sensación de conocer a todos ellos y era consciente de la felicidad que me estaban aportando…

- ¡¡¡Por fin podré disfrutar de este paraíso junto a los míos!!! – Pensé.
- Nunca he dejado de estar a tu lado. – Me susurró aquella preciosa yegua.

Pero, antes de poder responder, me desperté con una gran sensación de felicidad; había conseguido devolver a aquel caballo al paraíso en el que merecía estar y, de alguna manera, sentía que mi destino estaría ligado al suyo.

Y, así, es como volví a disfrutar de los pequeños detalles de la vida sin miedo a sufrir decepciones; recordando siempre a aquel caballo salvaje que vivía feliz rodeado de los suyos y sonriendo al pensar en ese mundo de fantasía del que podía disfrutar todas las noches.


Diálogo teatral

La acción se desarrolla en una vieja casita al norte de España, la vieja vivienda ha quedado sin electricidad y los personajes están sumidos en una densa oscuridad; algunos de los personajes se encontraban en el sótano de la casa y David entra en escena bajando las escaleras.

David: ¡¡Salid de ahí!!

(Silencio).

David: Venga… ¡¡¡Ya está bien!!!

(Silencio).

David: Si salís… ¡¡Os cuento una cosita!!

(Silencio).

David: Pues os doy un toque… ¡¡Estoy cogiendo el móvil!! ¿Eh?

(Silencio).

Javier: ¡¡¡Arramalacachuche!!!

(David da un respingo, mientras Jaime se ríe a carcajadas).

David: ¡¡¡Pedazo de…!!!

Jaime: ¡¡Vaya susto!! ¿Eh?

David: ¡¡¡Arrieros somos!!! Y con lo miedoso que es nuestro querido Javier, ya verás tú…

Javier: Anda, anda. No seas rencoroso, que si no irás al infierno.

David: ¡¡Pues allí te espero!! ¡¡Desgraciado!!

Javier: Jajajajaja. Cállate, que cuanto más te enfadas, más gracia me hace.

David: Bueno… ¿¿Qué ha pasado??

Jaime: ¿¿Pues no lo ves??

Javier: Hombre, Jaime… Ver, lo que se dice ver… ¡¡¡Poquito!!! Jajajaja.

Jaime: Ya está el listo…

Javier: Vaya… ¡¡Os veo nerviosos!! ¿¿Estáis con vuestros temas de mujeres o qué??

(Mientras los tres chicos mantienen su conversación, Paula, Cristina y Alicia bajan las escaleras en silencio).

David: Bueno… ¿¿Dónde está Miguel??

Jaime: ¿¿Tú qué crees??

David: ¡¡Durmiendo!!

(Los tres comienzan a reír y de repente…).

Cristina, Paula y Alicia: ¡¡Buuuuuuuuuuu!!

(La risa se convierte en un grito ahogado de los tres chicos).

Javier: ¡¡La madre que os parió!!

(Las chicas se ríen mientras los chicos, a tientas, buscan dónde están).

Paula: ¡¡Eeeeh!! ¡¡Cuidado!! ¡¡Que se mira, pero no se toca!!

David: Uuuuups… ¡¡Lo siento!!

(Todos comienzan a reír).

Alicia: Bueno, ahora que nos hemos encontrado... Raúl y Mónica están intentando solucionar el tema de la luz.

Cristina: Sí, han dicho que esperemos aquí.

Jaime: Pues nada… ¡¡Esperemos!!

Paula: ¡¡Chicos!! ¿¿Qué os parece si…??

Jaime: ¡¡¡Perfecto!!!

Paula: Pero si aún no he dicho nada…

Jaime: Ya… Pero el ambiente es propicio para…

Paula, Cristina y Alicia: ¡¡Pero qué cerdo!!

David: ¡¡Contar historias de miedo!!

(Los tres chicos comienzan a reírse)

Alicia: Pues la verdad es que no estaría mal…

Cristina: Anda chicos… ¿¿Por qué no encendéis un fuego en la chimenea??

(Silencio).

Paula: ¡¡Porfaaaaa!!

David: ¡¡Está bien!! ¡¡Pero no empecéis con eso!!

(Los tres chicos se acercan a tientas a la chimenea y encienden con dificultad un fuego alrededor del que se sientan junto a las chicas).

Javier: ¡¡Pues ya está!! ¡¡Ahora sólo hay que esperar a que vuelva la electricidad!!

Cristina: Conozco una historia muy buena, pero…

Javier: Te da miedo, ¿no?

Cristina: Un poco…

Paula: Bueno… ¡¡Podemos hacer otra cosa!!

(En ese momento, el sótano se ilumina y los personajes se dan cuenta de que la electricidad se ha restablecido).

Jaime: Sí… ¡¡Por ejemplo ir a cenar!!

David: ¡¡Pues ale!! ¡¡Al lío!!

Javier: Qué cerquita ha estado, ¿eh, Cris?

Cristina: Jajajaja. ¡¡Bobo!!

Paula: Bueno… ¡¡Al menos esta noche podrás dormir tranquila!!

(Entre risas, los seis jóvenes suben las escaleras y desaparecen de la escena).

Componiendo literatura...

(Creación literaria)



Poco a poco, caminando con paso firme y sin descanso, hemos llegado a la última etapa de nuestro viaje; un trayecto final que nos servirá para cerrar el círculo literario y poder concebir todo nuestro viaje de una forma global.

Y si en la cuarta jornada de nuestro viaje entendimos la importancia que tenía para la literatura el hecho de fomentar la lectura y contribuir a formar lectores que mantengan en pie toda la estructura literaria; este tramo final del viaje nos servirá para entender algo que, por otra parte, es obvio…

Si no hubiese alguien que realizase creaciones literarias… ¡¡¡Nadie podría leer!!!

Por eso, si la última parada de nuestro viaje fue el pueblecito de lectores en el que se encontraba aquella granja de ac“kiwi”dades; el destino ha hecho que, esta vez, vayamos a parar a otro pueblecito en el que existe una “fábrica de sueños” y en el que nacen esos grandes literatos que envían todas sus creaciones a los habitantes del pueblo anterior.

¿¿Y qué os parece si antes de comenzar a crear literatura, recordamos a qué se refiere exactamente dicho término??

Al comenzar nuestra aventura, nosotros mismos decidimos definir a la literatura como “el arte de la palabra oral o escrita”; aunque, en aquel momento, también encontramos otras definiciones muy parecidas a la nuestra como, por ejemplo, la definición de la RAE en la que se dice que la literatura es “el arte que emplea como medio de expresión una lengua” o la definición que se establece en el Diccionario de María Moliner en el que se concibe la literatura como “el arte que emplea como medio de expresión la palabra hablada o escrita”.

De esta forma, aprendimos que existían una serie de características que nos permitían distinguir la escritura creativa, o literatura, de la escritura informativa; estando dichas características de los textos literarios relacionadas con con la voluntad artística y la intencionalidad estética del autor, con el hecho de poder clasificarse en uno de los géneros literarios existentes (lírica, narrativa y teatro) y con la relación que guardan estos textos con el mundo de la ficción.

Por ello, si realmente deseamos desarrollar en nuestros alumnos su capacidad para crear literatura, debemos ser conscientes de la importancia que tiene el hecho de que el creador de literatura sienta una libertad que le permita expresar sus ideas, sentimientos y sensaciones; por tanto, es importante desligar la creación literaria de otro tipo de formación relacionada con el área de lengua y literatura, pues de lo contrario desaparecerá esa libertad e intencionalidad artística imprescindible para considerar como literario a un determinado texto.

Así, poquito a poco, iremos fomentando en los más jóvenes el gusto por escribir; pudiendo llegar a realizar propuestas tan interesantes como las que encontramos a continuación:

http://alumnosprimaria.blogspot.com/
http://creactivos.net/portal/
http://elblogdelcolegiopadrepoveda.blogspot.com/2011/12/bienvenidos.html

Como podemos observar, con la motivación suficiente y contagiando en los niños el gusto por la creación literaria, podemos conseguir que cualquier niño participe de forma voluntaria en la realización de textos creativos.

Así, como bien afirma Teresa Martín Taffarelel deseo de expresión creadora conduce a la escritura. En papeles sueltos, en agendas entre citas y obligaciones, o en cuadernos celosamente guardados, se van diciendo cosas, hilvanando descubrimientos, contando sueños. A veces, se lee lo escrito y aparecen las dudas, los interrogantes, ¿por qué escribo?, ¿para qué?, ¿tienen algún valor estas palabras?, ¿se entenderán?, ¿estará bien este texto? Se siente entonces la necesidad de comunicar a alguien lo escrito y, luego de escoger un texto más o menos digno, se busca a quien lo escuche entre las personas más próximas con la ansiedad de conocer su veredicto”.

Por ello, los talleres de creación literaria son una opción muy válida para que cualquier persona adquiera, poco a poco, el gusto por la creación literaria; para encontrar motivaciones, adquirir una disciplina y poder trabajar en un ambiente adecuado en el que encuentren nuevas formas de expresión, en el que puedan reconocer errores y valorar aciertos y en el que se sientan impulsados a realizar cada vez más creaciones literarias.

Y en este sentido me gustaría realizar un apunte muy subjetivo; pues, en mi opinión, cuanto mayor sea el número de textos creativos que realice una persona, más disfrutara en el proceso de creación y mejores resultados obtendrá de dicho proceso.

Pero… ¿¿Qué es un taller de creación literaria??

Consiste en un espacio en el que, con la coordinación de un profesor o profesora, se reúne regularmente un grupo de personas para producir textos; formándose un gran conjunto creativo a través del trabajo de cada uno de los participantes y compartiendo un interés común en el que la variedad de estilos encuentran su unidad en el sentido general del taller.

Además, la actitud comunicativa y el ambiente de respeto deben generar un clima propicio para vivir y ejercitar la experiencia de la palabra; teniéndose siempre en cuenta las diferentes circunstancias socio-culturales en que se inserta el propio taller y variando la programación, metodología y dinámica del taller en función de sus participantes.

Cabe destacar también que, para que un taller de creación literaria cumpla correctamente su cometido, no debe haber ningún papel protagonista y todo el mundo deberá actuar cumpliendo una función integradora e intentando que no haya ninguna persona con actitud pasiva.

Así, en el taller se leerá y escribirá, se hablará de las creaciones realizadas, se suscitarán comentarios acerca de la escritura de los distintos participantes y se generarán motivaciones concretas que sirvan como desencadenantes de los textos; pero también se deberá ejercitar el sentido crítico, se desarrollará la autoevaluación e incluso se desarrollarán multitud de habilidades sociales.

Y… ¿¿Cómo podemos conseguir que surja esa inspiración imprescindible para crear literatura??

Existen infinidad de métodos para conseguir desarrollar la creatividad y para ayudar a que surjan multitud de ideas para la realización de una creación literaria.

En este sentido, el inglés Ken Robinson aparece como un experto en asuntos relacionados con la creatividad y la innovación; destacando por obras tan interesantes como “Fuera de nuestras mentes: aprende a ser creativo” que pueden resultar muy útiles para cualquier persona que quiera desarrollar su creatividad.

No obstante, encontramos que casi toda la literatura (sobre todo la escrita en prosa) está basada en la imaginación de una realidad alternativa que se daría en caso de que sucedieran unas circunstancias concretas; de esta forma, existe una pregunta abierta a la que multitud de autores han recurrido a lo largo de la historia de la literatura, enfocando sus historias en el interrogante “¿Qué ocurriría si…?”.

Pero, en cuanto a la creación literaria, no debemos olvidar la aportación de Gianni Rodari en su obra “Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias”; en la que propone la técnica del “binomio fantástico” consistente en la creación de historias a partir de dos conceptos que se muestren totalmente independientes y que no guarden una relación directa entre sí

Otro de los métodos de trabajo en los que se puede asentar un taller de creación literaria se basa en tres pilares básicos como son la reflexión, la lectura creadora y la escritura; organizándose, a partir de ellos, un amplio sistema de actividades cuyo objetivo principal sea la motivación para la producción de textos.

De esta forma, la reflexión se realizará mediante el diálogo que abarque los distintos aspectos establecidos en función del eje temático; desarrollándose y conectándose los temas para llegar a conclusiones precisas.

Por su parte, la lectura creadora está muy relacionada con aquella forma que tiene cada persona de interpretar un texto, una imagen, un objeto, un sentimiento…

De esta forma, cada individuo dará un sentido diferente a un texto; reescribiendo en su mente la obra realizada por otra persona y dándole su propio significado a cada uno de los acontecimientos que se suceden en ella.

En este sentido, podríamos decir que la lectura creadora surge como una oportunidad para encontrar, en cualquier detalle, la idea que nos permita comenzar o continuar con nuestra creación literaria.

Y así, llegamos a la propia escritura que nos dará el resultado final del proceso creativo; debiendo estar basada dicha escritura en la creación de una obra personal que vaya más allá de cualquier tipo de consigna, sugerencia o guía.

Finalmente, otro método susceptible de ser utilizado en la etapa de Educación Primaria para la creación literaria puede consistir en mostrar a los alumnos un libro de imágenes en el que no exista texto y, a partir de lo que las propias ilustraciones sugieran a los niños, que sean ellos mismos los que desarrollen el texto que se irá uniendo a los dibujos mostrados.

Y ahora que ya sabemos cómo podemos encontrar ideas para escribir… ¿¿Qué os parecería saber un poco más acerca de la creación literaria en prosa, en verso y dramática??

En cuanto a la prosa, lo primero que debemos saber es que se trata de la “estructura o forma que toma naturalmente el lenguaje para expresar conceptos, y no está sujeta, como el verso, a medida y cadencia determinadas” (RAE).

De esta forma, para realizar composiciones creativas en prosa es importante tener en cuenta una serie de consejos como puede ser la importancia de leer en voz alta todo lo que se ha escrito para descubrir las pausas, flujo, naturalidad y coherencia de las ideas de un relato; además, la aliteración o repetición de palabras puede servir para dotar de un mayor poder a la escritura, aunque dicha figura literaria puede llegar a ser contraproducente si no se emplea correctamente.

También se deberá ser especialmente cuidadoso con la ortografía, con la puntuación y con la complejidad y longitud de las frases; aunque también se debe tener en cuenta la riqueza y elegancia que darán al texto la utilización de sinónimos, antónimos y otro tipo de palabras, evitando la utilización de palabras demasiado rebuscadas e intentando ser coherente con el estilo del texto.

Por otra parte, puede ser muy útil para mejorar en la creación literaria en prosa el hecho de practicar ejercicios de escritura libre que pueden hacer que el propio creador encuentre su propio ritmo y estilo; intentando utilizar un lenguaje concreto capaz de evocar sentimientos y proyectar una idea específica, tratándose de un lenguaje que tenga humor y delicadeza pero que sea, a la vez, capaz de evocar imágenes nítidas y de conllevar emociones sutiles.

Finalmente, es importante ser fiel a un estilo propio que se manifieste a través de textos que destaquen por su naturalidad y personalidad, conservando la originalidad del autor e intentando no imitar el estilo de otras personas, pues la verdadera prosa fluye con naturalidad y sin esfuerzo. Aunque esta idea no debe suponer que se deje de leer a otros autores; pues cuantos más estilos se conozcan, más se desarrollará el espíritu crítico en relación con la literatura y mejor se podrá aplicar aquello que se conoce para no caer en errores observados en otras personas.

En relación a la escritura en verso, diremos que es la forma de expresión más utilizada en el género lírico y que está sujeta a normas de cadencia y, en ocasiones, de medida.

En cuanto a la creación literaria en verso, hemos podido encontrar también una serie de consejos que, a pesar de no ser definitivos, pueden llegar a ser útiles; así, para escribir poesía, lo primero que se necesita es tener algo en mente, una base para comenzar.

Además, será importante buscar un lugar en el que sentirse cómodo (teniendo en cuenta que las personas encuentran la comodidad y la concentración en lugares muy distintos y situaciones muy diferentes) para comenzar a escribir tratando de utilizar herramientas poéticas; así, será importante tener en cuenta multitud de herramientas diferentes a la rima, de la que hay que destacar una recomendación basada en el hecho de no abusar de rimas demasiado sencillas y obvias.

De esta forma, se intentarán crear versos que expresen aquella idea que se tenía en mente y conserven la esencia de los sentimientos o sensaciones que se desean expresar, ya que el producto final de un poema casi nunca suele resultar como fue imaginado en principio y, por ello, será imprescindible mantener la esencia de aquello que se desea transmitir; aunque el autor jamás se debe forzar a escribir, ni debe obsesionarse con plasmar una determinada idea que no encaja con la esencia del texto o con la idea principal.

Además, para ser un buen escritor de poesía es necesario practicar muchísimo y leer multitud de poemas que sirvan para desarrollar un espíritu crítico, obtener vocabulario, ideas e inspiración; y, para practicar, además de realizar creaciones propias que con el tiempo se verán mejoradas, existen también multitud de ejercicios que pueden resultar muy útiles como, por ejemplo, los que se muestran en la siguiente página web:

http://www.juntadeandalucia.es/averroes/recursos_informaticos/andared01/poesia/activida/tallergr.html

Finalmente, es importante cuidar la poesía propia y no preocuparse en caso de creer que se puede mejorar; pues con el tiempo se conseguirán grandes avances y se podrán retomar las idas de los primeros poemas para reescribirlos o mejorarlos; por lo que, a la hora de escribir en verso, siempre debemos tener presente que el texto que se está creando es susceptible de ser perfeccionado y que, para ello, se puede pedir opinión a multitud de gente para tener en cuenta, únicamente, aquellas ideas que consideremos oportunas para mejorar.

No obstante, a todo esto tenemos que añadir la importancia de tener en cuenta las características y la estructura de la poesía; distinguiendo dentro de la propia poesía, que es el producto final, una serie de estrofas y versos. De este modo, las estrofas serían el conjunto de versos unidos por una serie de criterios, mientras que se consideraría como verso a aquella palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia y que se corresponden con cada una de las líneas de un poema.

También es importante tener en cuenta la métrica, que es la cantidad de sílabas en que se divide un verso, y la rima, muy relacionada con la aliteración mencionada anteriormente y que puede dividirse en rima asonante (que únicamente afecta a las vocales) y en rima consonante (que afecta a la repetición de vocales y consonantes en el mismo orden).

Finalmente, hemos llegado a ese género dramático que se crea para ser representado y en el que la puesta en escena cobra un papel importante; por lo que el texto dramático debe ajustarse a las convenciones propias del teatro.

En este sentido, hay que destacar que la estructura secuencial de un texto dramático está organizada alrededor de elementos espaciales y temporales, en torno a unos personajes y al conflicto que sucede dentro de la trama y el tema principal que son revelados a través de parlamentos y acotaciones.

Así, dentro del elemento espacial, se debe considerar el espacio escénico en el que se representa la obra y el espacio dramático, ficticio, en el que se sitúa la acción; por su parte, dentro de la temporalidad se debe tener en cuenta el tiempo dramático que dura la representación y el tiempo de ficción que corresponde al intervalo temporal que, en la realidad, duraría una determinada acción representada.

En cuanto a los personajes, cabe destacar que son los encargados de desarrollar la acción dramática y de ejecutar las tareas de una forma determinada, debiendo estar cada personaje caracterizado por una serie de atributos (nombre, edad, rasgos físicos, rasgos de carácter, relaciones con otros personajes…); además, es importante saber que se considerará personaje a cada uno de los seres humanos, sobrenaturales, simbólicos, animales e incluso objetos de una obra literaria.

Estos personajes se encuentran rodeados por una situación de choque, desacuerdo, permanente oposición o lucha entre personajes que recibe el nombre de conflicto; viniendo, el conflicto dramático, definido por el enfrentamiento de dos fuerzas antagónicas, por la confrontación de dos o más personajes o por las visiones del mundo y actitudes ante una misma situación.

Por su parte, la trama sería la sucesión de acontecimientos ordenados de la forma más conveniente para conseguir el efecto deseado de una acción que está relacionada con el tema de la obra; conllevando, dicho tema, una serie de idea o ideas centrales que sintetizan la intención del autor y a los que, en ocasiones, sólo se llega tras un profundo análisis de la obra.

De esta forma, toda la estructura secuencial de la obra dramática cobra sentido a través de los diferentes tipos de parlamento que, junto a las acotaciones que proporcionan información útil para quien representa la obra, llegan al espectador en forma de diálogos entre diferentes personajes o entre los personajes y los espectadores, monólogos en los que el personaje emisor no espera una réplica…

Así, para la realización de textos dramáticos, se podría emplear una metodología basada en talleres de creación literaria en los que se tengan en cuenta todos los elementos fundamentales del teatro y de este tipo de textos; intentando encaminar la preparación del texto dramático desde lo más específico, hacia lo más general para, posteriormente, reorganizar todos los elementos de forma global.

Y, ahora que nos hemos acercado un poco más a la creación de los diferentes tipos de texto… ¿¿Qué os parece si, de forma muy breve, establecemos una serie de consejos comunes para cualquier tipo de creación literaria??

En primer lugar, es importante tener el deseo de realizar un texto literario y ser capaz de disfrutar en el proceso de realización; teniendo muy claros aquellos motivos y objetivos que impulsan a sumergirse en la creación literaria y sabiendo hacia quién va dirigido el texto que se va a crear.

Será también esencial el hecho de no abandonar durante largos periodos de tiempo la creación literaria y desarrollar la actividad en un ambiente apropiado que aporte inspiración y una comodidad relativa.

Finalmente, es importante no cargarse de una presión innecesaria en relación al tiempo que debe suponer el proceso de creación o a la extensión del texto; intentando ser flexibles y repasando continuamente aquello que ya se ha realizado.

Pero todos estos conocimientos no deben quedarse simplemente almacenados en alguna parte de nuestro cerebro; sino que, como maestros de Educación Primaria, debemos ser capaces de desarrollarlos en un aula y conseguir que los alumnos adquieran el gusto por la escritura creativa.

Y, para ello, no hay mejor forma que motivar a nuestros alumnos para escribir sobre aquellos temas interesantes para ellos, sobre aquellos sentimientos propios o la forma en que se sienten e incluso sobre sus propios sueños y deseos; concediéndoles una gran libertad a la hora de realizar sus creaciones y valorando siempre ese “arte infantil” que estamos obligados a intentar comprender dejando atrás nuestra forma adulta de contemplar la literatura.

Además, una gran forma de motivar a nuestros alumnos para la escritura creativa es mostrándoles aquellas creaciones que nosotros mismos hemos compuesto y haciéndoles ver que, el hecho de realizarlas, ha sido una experiencia muy bonita y divertida en la que, como autores, hemos podido expresar aquello que sentíamos de una forma agradable para los sentidos.

También se puede crear, como ya existe en multitud de centros, un blog en el que el profesor cuelgue las actividades de creación literaria de los alumnos; pues siempre se verán mucho más motivados a escribir si tienen la posibilidad de poder enseñar su propio arte (y debemos siempre insistirles en que sus propias creaciones son, también, manifestaciones artísticas) a sus padres, abuelos, tíos, primos mayores…

Así, podríamos emplear multitud de estrategias para llevar a cabo actividades de creación literaria dentro del aula; como por ejemplo la creación a través del binomio fantástico en el que, a partir de dos palabras que no tienen nada que ver, se crea una historia o haciendo un juego en el que se reparta a cada niño una letra con la que deberán formar palabras para, posteriormente, narrar historias con las palabras resultantes.

No podemos olvidar también la construcción de acrósticos con los que puedan dedicar composiciones poéticas a cualquier persona y haciéndoles ver lo interesante que puede ser componer una poesía a partir de un nombre o una frase o caligramas en los que se destaque lo curioso que resulta el hecho de poder dibujar a la vez que se realiza literatura creativa.

Por otra parte, no debemos olvidar aquella hipótesis fantástica a partir de la que nuestros alumnos podrán realizar sus creaciones literarias pensando siempre en “aquello que pasaría si…” o la realización de juegos consistentes en mezclar palabras de diferentes textos para conseguir divertidas historias o sucesos absurdos que provoquen la risa y un sentimiento de diversión y placer.

Finalmente, se puede proponer a los alumnos la creación de un texto literario en el que mezclen a sus tres personajes preferidos o grupos de personajes preferidos de cuentos, películas o historias diferentes; por ejemplo, se puede realizar una historia en la que los protagonistas sean los tres cerditos, Spiderman y Blancanieves.

De esta forma, y bajo mi punto de vista, observamos que lo realmente importante de la creación literaria en la etapa de Educación Primaria es que los alumnos realmente disfruten creando historias.

Y, una vez nos hemos acercado a esas nociones básicas que nos pueden ayudar a crear literatura… ¿¿Por qué no probamos a componer algo que merezca la pena??



Fuentes:

Documentos aportados por la profesora.
Entradas anteriores del propio blog.
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
http://alumnosprimaria.blogspot.com/
http://creactivos.net/portal/
http://elblogdelcolegiopadrepoveda.blogspot.com/2011/12/bienvenidos.html
http://sololiteratura.com/ter/teresatalleres.htm
http://www.infopoesia.net/pdf/PRIMARIA-manual.pdf
http://www.jrvarela.net/tallercreacionliteraria.htm
http://foro.univision.com/t5/Literatura/Aprendamos-a-escribir-en-prosa/td-p/186502777
http://www.slideshare.net/amalba/trucos-para-escribir-versos-1104543
http://poesiamas.net/blog/2009/10/21/8-reglas-sencillas-para-escribir-poesia/
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/recursos_informaticos/andared01/poesia/activida/tallergr.html
http://www.iacat.com/revista/recrearte/recrearte03/Motos/creacion_drama.htm

29 dic 2011

¡¡Produciendo fieles lectores!!

La cuarta etapa ha llegado a su fin tras haber visitado aquel pueblecito productor de pequeños lectores y aquella granja de actividades en la que conocimos a Kiwi, a Perro y a una gran cantidad de animales que nos enseñaron que la lectura puede resultar una actividad muy interesante; porque es curioso darse cuenta de la facilidad con la que uno puede seguir disfrutando de los libros infantiles, de cómo puede extraer enseñanzas de un libro pensado para los más pequeños e incluso llegar a la conclusión de que aquellos libros que hace muchos años leíamos junto a nuestras madres, pueden llegar a gustar también a los niños del futuro.

Durante el trayecto hemos conocido las claves para hacer de la lectura una actividad interesante, enriquecedora y con la que puedan disfrutar los más pequeños; hemos sentado las bases para saber cómo debemos enfocar la lectura y hacer de los libros un buen regalo para los niños e incluso hemos podido observar cómo cualquiera de nosotros puede realizar actividades interesantes relacionadas con la lectura.

Además, creo que es importante destacar que esta cuarta etapa nos ha servido para soltar aquella mano que nos sostenía durante todo el viaje, para investigar sobre un determinado tema sin tener una guía tan extensa y para deshacernos de aquellos miedos que nos atenazaban sin dejarnos caminar solos.

Y, por eso, creo que esta cuarta etapa ha sido tan importante; porque, dentro de no mucho tiempo, nos tendremos que enfrentar a multitud de problemas sin ninguna ayuda, deberemos resolver nosotros mismos las dificultades que nos encontremos y nos veremos obligados a ser nosotros los que tendamos esa “mano salvadora” en la que nuestros alumnos se puedan apoyar cuando lo necesiten.

Ahora, mirando lo cerca que estamos de nuestro destino, uno empieza a darse cuenta de que todo el esfuerzo y el trabajo realizado puede merecer la pena; porque, cuando se avanza tanto y se observa el objetivo propuesto en el horizonte, el ritmo se acelera y el deseo de llegar a lo más alto aumenta con cada paso, aquellas piedras en el camino se comienzan a ver como pequeñas chinitas y el futuro se afronta con mucha más esperanza.

Porque, cuando se disfruta con algo, uno se da cuenta de que puede convertir en juego y diversión el trabajo; de que el esfuerzo se ve recompensado cuando observa que, en la tarea, también hay tiempo para la broma, la diversión o la risa pero que, todo ello, no hace que el trabajo pierda su aspecto formal y su esencia de esfuerzo y rectitud.

Así, yo propongo aprovechar todo lo que nos está proporcionando esta aventura para mejorar como estudiantes, como futuros maestros y como personas.

Finalmente, creo que es importante que todos recordemos nuestra importante misión con respecto a la animación a la lectura y a la formación de fieles lectores; porque todos debemos recordar siempre que, sin fieles lectores, la literatura no podría mantenerse viva.

28 dic 2011

¿¿El final de la aventura??

(Importante: ¡¡Leer hasta el final!!)


Lo siento... ¡¡¡Se acabó!!!

Durante este viaje he tropezado un par de veces, estoy pasando hambre, no he visto ni una sola ducha en ninguno de los pueblos por los que he pasado... ¡¡Y, además, me duelen los pies de tanto caminar!!

¡¡Que no!! ¡¡Que yo me vuelvo a casa!!

Sé que puede ser una idea impopular, que la gente me animará a finalizar la aventura e incluso puede que mi decisión me haga suspender la asignatura... ¡¡Pero yo no sigo más!!

Me ha entrado el miedo... ¡¡¡Y echo de menos a mi madre!!!

Y en el camino de vuelta, iré encomendando a Dios mi futuro con respecto a la asignatura...

Ahora que ya todos conocéis mi renuncia, os animo a mirar la fecha de publicación de esta entrada y os digo que... ¡¡¡Ahí tenéis la inocentada de este año!!! ;)

¿¿Cómo no vamos a seguir el viaje, con lo poquito que nos queda para llegar a nuestro destino??

Ahora, coged el petate... ¡¡¡Que vamos a por la quinta etapa!!!

¡¡La granja de las ac"kiwi"dades!!

La tarea propuesta para este cuarto bloque temático consiste en la realización de una serie de actividades de animación a la lectura que, en este caso, estarán destinadas a los alumnos de primer curso de Educación Primaria.

Para no volver a utilizar la historia del valiente Grígor y su caballo Danko, en esta ocasión centraremos las actividades en la obra “Kiwi” de Carmen de Posadas.

En primer lugar creo que es importante destacar que, este libro correspondiente al segundo nivel de la serie blanca de “El barco de vapor”, es una obra muy adecuada para los primeros lectores en la que se cuenta la historia de una granja a la que llega un huevo del que nadie se quiere encargar hasta que, el Kiwi que nace, se convierte en un animalito importante.

De esta forma, dividiremos la tarea en actividades previas a la lectura, actividades para realizar durante la lectura y actividades posteriores a la lectura.


Actividades previas a la lectura

¿¿Qué será?? (Actividad 1)

El objetivo de la primera actividad será despertar el interés del alumnado en la obra literaria, para lo que utilizaremos el texto que aparece en la contraportada del libro:

“Una mañana, muy temprano, el cartero dejó en el buzón de la granja un paquete. ¿Será comida? ¿Será un tocadiscos? ¡Cuidado, puede ser una bomba! ¡Ojo, que va a explotar…! Y se armó la revolución en la granja…

Pero no era una bomba, era algo muy distinto; algo que iba a llenar de emoción, suspense y aventura la vida rutinaria en la granja”.

Creo que este pequeño texto está muy bien enfocado y cumple perfectamente su misión de llamar la atención de los más pequeños… ¡¡Si hasta me llama la atención a mí!!

Por ello, creo que es importante utilizar este recurso que ofrece el propio libro para conseguir captar la atención de los niños y despertar su curiosidad sobre la historia que se cuenta en la obra.

Así, la primera actividad previa a la lectura consistirá en realizar un pequeño debate en el que cada alumno imagine y exponga sus ideas sobre lo que puede contener el paquete que llega a la granja y los motivos por los que, tras su llegada, cambiará la vida de los animales que allí viven.


¡¡Los animales del mundo!! (Actividad 2)

El objetivo de la segunda actividad sigue siendo despertar el interés en la propia obra y, además, acercar los protagonistas del libro al alumnado.

Para ello, los niños, nombrarán e intentarán describir los diferentes animales que conozcan y puedan vivir en una granja; después, el profesor mostrará a la clase una presentación con imágenes de diferentes animales de granja con la finalidad de que sean los propios alumnos los que digan el nombre del animal que aparece en ese momento.

Posteriormente, los estudiantes deberán nombrar los animales exóticos y de lugares lejanos que conozcan; explicando al resto de sus compañeros cómo es el animal que han mencionado para que, tras esto, sea el propio profesor quien vuelva a mostrar una presentación con imágenes de diferentes animales que, por la edad de los niños, pueden ser desconocidos para ellos (tucán, hipopótamo, koala…). Además, será importante que dicha presentación contenga la imagen de aquellos animales extraños que, a través de la lectura o de las ilustraciones, aparecen en la obra (kiwi, ornitorrinco, canguro, colibrí…).


¡¡Deja volar tu imaginación!! (Actividad 3)

El objetivo de la tercera actividad es desarrollar la creatividad de los alumnos y mantener la intriga acerca de lo que sucederá en la obra; para ello, mostraremos la portada a los niños y permitiremos que cada uno realice los comentarios que considere oportunos en relación a la ilustración y al título de la obra.

No obstante, el profesor podrá dirigir a los alumnos y preguntarles acerca de aquello que creen que están haciendo los personajes de la portada, lo que piensan que sucederá en la obra, las mascotas que tiene cada uno en su casa o su animal preferido; además, se podrá comentar también las sensaciones que despierta en cada uno el libro


Actividades a realizar durante la lectura

Es importante que, las actividades a realizar durante la lectura, estén enfocadas de manera que los niños encuentren relación directa entre la actividad a realizar y la parte del libro que están leyendo; de esta forma, es importante que el profesor conozca, en mayor o menor medida, el momento de la obra en el que se encuentra la mayor parte de los alumnos.


Y a ti… ¿¿Qué te gustaría?? (Actividad 1)

Al principio de la obra, se puede observar cómo cada personaje imagina las diferentes cosas que puede contener el paquete en su interior; por lo que, la primera actividad a realizar durante la lectura consistirá en que cada alumno explique qué es lo que le gustaría que contuviese la caja que llega a la granja y qué les gustaría que contuviese una posible caja que pudiera llegar un día a su clase, explicando los motivos por los que han realizado dicha elección.


¡¡Qué huevos tan raros!! (Actividad 2)

En la obra, observamos que el huevo de Kiwi es totalmente distinto a los huevos que conocemos; de esta forma, sería interesante que el profesor consiguiera adquirir los diferentes tipos de huevo más comunes en el mercado para mostrárselos a sus alumnos y que pudieran observar las múltiples diferencias que existen en los huevos dependiendo del animal del que procedan.

Así, los huevos más fáciles de conseguir son los de gallina, codorniz, avestruz, oca o pavo; observándose, en todos ellos, diferencias muy visibles que permitan al profesor y a los alumnos diferenciarlos y clasificarlos sin necesidad de contar con la ayuda de un experto.

El objetivo de esta actividad es el de vivir una experiencia interesante y curiosa que permita a los alumnos relacionar aquello que observan en el libro, con lo que realmente sucede en la vida real.


¡¡Nos convertimos en un personaje!! (Actividad 3)

El objetivo de esta actividad es profundizar en la lectura y aproximarse a los personajes de la obra de manera que los niños sientan más cercana la lectura.

Una vez se hayan presentado en la obra todos los personajes que aparecen, y antes de que los niños puedan juzgar el comportamiento de cada uno de ellos, el profesor propondrá a los alumnos escoger el animal del libro que les gustaría ser; de esta forma, los alumnos deberán explicar los motivos de su elección y contarán al resto de sus compañeros lo que harían si fuesen ese personaje (cómo sería su vida en la granja, con qué otros personajes se llevarían mejor, a qué se dedicarían…).


¡¡Los observamos de cerca!! (Actividad 4)

El objetivo de la cuarta actividad es, básicamente, que los alumnos relacionen una actividad entretenida e interesante para ellos, con el contenido del libro que están leyendo; para ello, y aprovechando que la obra está protagonizada por animales de granja, se realizará una visita a una granja-escuela para observar de cerca aquellos animales que aparecen en la obra, para entender las cosas que pasan en una granja y para realizar multitud de actividades divertidas durante toda la jornada de visita.

De este modo, la visita debe enfocarse como una actividad divertida y ajena a cualquier interés didáctico por parte del profesor; haciendo ver a los alumnos que dicha experiencia es un regalo que viene a consecuencia de la obra que están leyendo y, de alguna forma, utilizando las teoría del condicionamiento operante de Skinner para que los niños vean en el estímulo antecedente (libro), una consecuencia positiva (diversión) que provoque en ellos un interés en repetir la conducta (leer).

De esta forma creo que, toda lectura realizada en los primeros años de vida, debería traer consigo una consecuencia positiva que anime al pequeño lector a seguir leyendo; no obstante, poco a poco se debe ir suprimiendo ese refuerzo y haciendo entender al niño que la propia consecuencia positiva está en el placer que aporta la propia lectura.


Actividades posteriores a la lectura

Descubriendo el gusto por la lectura… (Actividad 1)

El objetivo de esta actividad es acercar la literatura a los niños, desarrollar la capacidad de expresión y el espíritu crítico y hacerles ver que leyendo también pueden pasar momentos muy buenos; para ello, se preguntará a los alumnos sobre la lectura del libro, si les ha resultado interesante a nivel global, qué partes del libro les han llamado más la atención o las sensaciones y sentimientos que se han despertado en su interior durante la lectura.


¡¡Educa a tu personaje preferido!! (Actividad 2)

El objetivo de esta actividad es que los niños reflexionen acerca de la forma de comportarse que, al comienzo o al final de la obra, ha tenido cada personaje; para ello, los alumnos deberán destacar las actitudes positivas y negativas del personaje que habían elegido en la tercera actividad a realizar durante la lectura y, posteriormente, comentar cómo creen que deberían haber actuado en cada situación.

En relación a esta actividad, el profesor debe permitir que cada niño se exprese libremente y sólo intervendrá en aquellos casos en los que el alumno se muestre bloqueado o en los que la respuesta de un niño no se ajuste a un comportamiento cívico y socialmente aceptado; en cuyo caso, preguntará al resto de alumnos si están de acuerdo con la forma de actuar del personaje propuesta por el compañero.


¡¡El pequeño Kiwi se hizo mayor!! (Actividad 3)

El objetivo principal de esta actividad es desarrollar la creatividad y la capacidad de expresión del alumnado a través de la creación de una segunda parte de la obra en la que se cuente cómo creen que será la vida de Kiwi cuando crezca (si seguirá viviendo con Perro o se habrá marchado de la granja, si habrá conocido a una Kiwi y habrán tenido hijos, a qué se dedicará…).

De esta forma, se deberá realizar un escrito breve en el que cada alumno pueda expresarse libremente; así, intentaremos que aquellos alumnos a los que les haya gustado la obra, puedan disfrutar de una segunda parte, mientras que aquellos a los que no les haya gustado demasiado el libro, puedan encontrar el interés por la literatura con su propia creación o con la de sus compañeros.

27 dic 2011

¿Qué sería de la literatura sin lectores?

(Lectura literaria y animación lectora)


Desde que comenzamos nuestra aventura hemos sido orientados en todo momento, hemos sabido qué dirección tomar e incluso hemos podido caminar agarrados de una mano que nos hacía sentir seguros; pero, como en algunos cuentos, llega un momento en el que el protagonista debe valerse por sí mismo y afrontar una serie de pruebas con las que demuestre que es capaz de enfrentarse a la vida.

Por eso, ha llegado la hora de continuar nuestro viaje sin ayuda…

Y, en esta ocasión, hemos llegado al pueblecito en el que nacen todas aquellas personas que dan sentido a la literatura; porque, sin lectores, ninguna de las anteriores etapas de nuestro viaje tendría sentido.

Por tanto, podríamos decir que nuestro viaje nos ha traído al lugar en el que las personas comienzan a hacer de la lectura su “fiesta popular”, en el que los niños juegan a ser los protagonistas de infinidad de cuentos y en el que el libro se considera un buen regalo.

¿¿Pero cómo hacemos que una persona adquiera el gusto por la lectura??

En primer lugar, debemos ser conscientes de que la motivación hacia la lectura es una tarea que debe ser compartida tanto por la familia, como por la escuela; no pudiendo estar la animación a la lectura basada únicamente en todo tipo de actividades y juegos puntuales, sino que debe estar incluida en una serie de acciones vinculadas a la dinámica escolar e incluso doméstica.

De esta forma, comparto con varios autores como Víctor Moreno, la idea de que lo realmente importante es desarrollar y afianzar la competencia lectora para que, desde ese punto y siempre guiados por los adultos, sean los propios niños quienes adquieran el gusto por leer.

Y es que, si lo pensamos bien, los juegos de animación a la lectura no proporcionan lectores a largo plazo, pues no despiertan interés por la propia lectura, sino por el juego en sí; no obstante, el hecho de que el juego no consiga proporcionar lectores para el futuro no quiere decir, en ningún caso, que haya que desvincularlo de la lectura, sino más bien dotar a la actividad lúdica de un objetivo concreto como puede ser el de mejorar las habilidades lectoras o la comprensión de textos a través de acciones divertidas e interesantes para los niños.

Siendo conscientes de que el juego es una herramienta muy útil y motivadora a corto plazo, pero de difícil utilidad si lo que pretendemos es hacer que una persona adquiera el gusto por leer; es lógico pensar en la necesidad de buscar otro tipo de estrategias con las que consigamos captar para siempre a los lectores, pero siempre desde un prisma en el que sea el propio individuo el que decida si está atraído por la lectura y el momento y lugar en el que se siente motivado para leer.

Por ello, otros autores como Eutiquio Cabrerizo destacan la idea de que la lectura en grupo organizada a través de un método de trabajo, estimula y enriquece el aprovechamiento de lo leído en mayor medida que la lectura individual.

De esta forma, se propone la realización de talleres de lectura en los que se compartan experiencias e ideas de forma interactiva con otros miembros del grupo; de manera que todas y cada una de las personas que participen en dichos talleres desarrollen habilidades sociales, de lectura y de comunicación, saliendo beneficiados, además, en función de su propia participación activa y elevando su formación cultural a través de un elemento común como es la lectura.

Así, las actividades de animación a la lectura deben estar basadas en facilitar la inmersión del lector en el mundo propuesto por el escritor de la obra literaria; de esta forma, se debe conseguir despertar la capacidad para que el lector se introduzca en el argumento, para que logre identificar sus razonamientos y pueda poner en marcha su imaginación o capacidad de reflexión a partir de un texto previamente leído.

No obstante, y a pesar de todo lo anterior, hemos observado a lo largo de los años cómo la escuela ha cometido una serie de errores en relación a la lectura; de esta forma, aprender a leer significaba descifrar palabras y frases escritas en un libro, sin importar si realmente se estaba disfrutando de la lectura o si el alumno daba sentido al texto.

Además, se insistía en una lectura en voz alta que dejaba de lado la lectura mental; algo que, en ocasiones, podía suponer para el alumno una presión innecesaria que, a su vez, se convertía en nerviosismo y angustia a la hora de afrontar la lectura de un texto.

Esto no significa que deba alejarse la lectura en voz alta de las escuelas, ya que es muy útil para perfeccionar la dicción, la entonación y la lectura con sentido; pero sí es cierto que, quizás, es importante respetar el proceso de aprendizaje de cada alumno y dar una prioridad absoluta a la lectura comprensiva y a hacer de la lectura una actividad entretenida que no suponga ningún tipo de ansiedad para el alumno, posponiendo la lectura en voz alta para cursos posteriores.

También hay que destacar la facilidad con la que los centros educativos eligen los famosos libros de lectura que los alumnos deben leer para, posteriormente, realizar una serie de actividades o pruebas escritas; convirtiéndose la lectura, de esta forma, en una obligación carente de interés para el alumno.

Si a esta concepción de la lectura como obligación, le añadimos el aburrimiento que despiertan en los niños las lecturas que, en la mayoría de los casos, se les proponen desde la propia escuela; nos encontramos con que, muy pronto, los alumnos comenzarán a alejarse de unos libros que no les aportan ningún tipo de diversión o placer.

Pero, en este caso, las familias pueden ayudar muchísimo a las escuelas; pues si desde el propio hogar se favorece la lectura, si los padres y hermanos mayores dedican unos minutos a leer a los más pequeños y muestran la literatura como algo interesante y placentero ajeno al ámbito escolar, el niño dejará de relacionar la literatura con la escuela y, por tanto, con una obligación que supone esfuerzo, aburrimiento y desmotivación.

Por otra parte, siempre se insiste en que sea el propio alumno el que deba realizar la lectura; incurriendo en el error de alejar al niño de la magia de escuchar un cuento folclórico de labios de otra persona o, simplemente, desvinculando la literatura de su aspecto comunicativo.

Así, lo realmente importante en los primeros años no es el contenido de los textos que llaman la atención al alumno o que sea él mismo quien realice la lectura; sino que, en principio, lo más importante es que el niño se muestre interesado por los libros y por las historias que existen en su interior, que disfrute observando los libros e incluso que los solicite para manipularlos o ver las imágenes de su interior, pues todo esto servirá para crear un interés en conocer qué cuentan todas esas letras que existen en el interior de los libros.

Y, visto de esta forma, puede parecer que el gusto por la lectura debe surgir como algo espontáneo y de forma natural en el propio niño, se puede llegar a pensar que hay que alejar a los niños de cualquier relación entre la literatura y las actividades o ejercicios propuestos en el aula e incluso se podría creer que lo ideal es que sea el niño quien busque la lectura fuera de la escuela; pero, una vez más, debemos insistir en la idea de que algo que no se conoce, jamás llamará la atención de una persona, por lo que es importante que, desde la propia escuela, se facilite el acceso de los alumnos a la literatura y que se realicen una serie de actividades que, enfocadas como juegos, favorezcan el interés de los niños en la lectura.

Pero… ¿¿Deben las actividades de animación a la lectura cumplir una serie de requisitos básicos??

¡¡Por supuesto!! Como en cualquier otro tipo de ejercicio, las actividades de animación a la lectura deben cumplir una serie de requisitos como pueden ser el hecho de ser motivadoras y centradas en el interés de los niños.

Y, si tenemos en cuenta que lo que más le puede gustar a un niño de edad temprana es jugar, lo lógico es intentar centrar la actividad en el propio juego; pero siempre desde una dirección, por parte del maestro, y en busca de unos objetivos concretos como pueden ser el de desarrollar la comprensión lectora.

También es importante que las actividades promuevan la participación del alumnado y permitan un pensamiento divergente en el que el propio niño pueda dar varias respuestas alternativas para un mismo problema; pues, así, su participación se hará de forma voluntaria y sin miedo a equivocarse, fomentando también el desarrollo de la creatividad y perdiéndose el miedo a la lectura.

Y ahora que ya sabemos los requisitos que deberían cumplir las actividades de animación a la lectura… ¿¿No encontráis interesante el hecho de saber qué aspectos se deben trabajar con este tipo de actividades, con el desarrollo de la comprensión lectora y con la propia lectura??

En primer lugar, será importante desarrollar la competencia lectora de los alumnos; pues a partir de ahí podrán valerse por sí mismos para acercarse al mundo de la literatura.

Para ello, en la lectura es importante incidir en la extracción de información específica y explícita del texto para garantizar la comprensión global del mismo; aunque también será importante la realización de inferencias lógicas y posterior interpretación e integración de las ideas e informaciones fundamentales que se extraen de la lectura.

Tras todo esto, cada lector debería desarrollar su propia interpretación del texto que, normalmente, tendrá un sentido diferente para cada persona en función de sus conocimientos y vivencias previas, de su manera de ver el mundo e incluso de su estado de ánimo actual.

Finalmente, es esencial que la lectura no se quede simplemente en una tarea de comprensión, sino que deberá hacer reflexionar a cada individuo sobre el contenido e incluso la forma en que se presenta dicho contenido; fomentando un espíritu crítico en el lector.

En cuanto a la propia literatura y a las actividades de animación lectora cabe destacar que, por lo general, permiten el desarrollo de la imaginación del lector; pero, en ocasiones, también sirven para acercar el conocimiento del mundo que nos rodea.

Además, este tipo de actividades fomentarán la búsqueda, comparación y comprensión de diferentes informaciones, enriqueciendo el lenguaje y aumentando la capacidad de expresión del individuo; sin olvidar algo tan importante como es el hecho de que sean las propias palabras las que permiten relacionar las diferentes ideas de las personas.

También es importante destacar su función social, pues este tipo de actividades, deben estar siempre basadas en el respeto hacia los demás y en el desarrollo de una serie de valores que permitan al alumno conocerse a sí mismo y comprender al resto de personas.

Así, las actividades de animación a la lectura estarán agrupadas en función del momento en el que se realicen; estando divididas en actividades previas a la lectura, actividades realizadas durante la lectura y actividades posteriores a la lectura.

Antes de comenzar a realizar cualquier tipo de programación, es imprescindible que el propio maestro haya leído la obra y tenga muy claro el esquema y los objetivos que persigue al proponer las actividades a sus alumnos; siendo flexible en función del interés que muestren los niños en cada actividad y en el propio libro.

De esta forma, las actividades anteriores a la lectura deberán estar enfocadas a acercarse al libro y al tema que en el mismo se va a tratar; para ello, podemos intentar obtener información a partir de todo aquello que nos proporciona el libro a través de su portada, del título de la obra, de las ilustraciones…

Además, será importante que las actividades previas a la lectura consigan despertar el interés de los alumnos en el tema o temas que se van a desarrollar a lo largo de toda la obra, permitiendo también la realización de predicciones acerca del contenido del texto e investigaciones sobre los aspectos más interesantes para la comprensión del libro.

Como todos sabemos, cada lector aporta un significado diferente a un mismo texto en función de sus conocimientos previos, de sus experiencias, de sus características personales e incluso de su estado anímico; por ello, en las actividades previas a la lectura, será tan importante el hecho de ofrecer toda la información necesaria para poder comprender la obra, como el preparar a los alumnos para la lectura a través de ideas generales acerca del tema principal del libro.

Finalmente, en cuanto a las actividades que se realizan antes de comenzar a leer, se puede intentar despertar el interés en la obra a través de la identificación de los personajes de la misma con algunos alumnos, las situaciones que aparecerán en el libro con las que acontecen en el día a día de la clase…

Así, los niños podrán relacionar la infinidad de anécdotas que se suceden en el colegio, con las que leerán en el libro; sintiéndose, de esta forma, mucho más cercanos e identificados con la obra.

Además, también se pueden realizar actividades que propongan un acercamiento del futuro lector al autor de la obra; de forma que entiendan que los escritores son personas normales y que ellos pueden llegar también a escribir historias que lean los demás algún día.

Por su parte, en las actividades a realizar durante la lectura, las cuestiones se deben referir al propio texto; permitiendo a cada alumno vivir su propia lectura a través de los aspectos afectivos y emocionales que despierten en el propio individuo los hechos sociales y culturales, situaciones y circunstancias que se observan en la propia obra.

En este sentido, se deben realizar una serie de debates y actividades grupales que permitan a los alumnos recordar multitud de situaciones divertidas e interesantes que suceden en el libro, así como la realización de inferencias y predicciones acerca de aquello que han leído o de lo que creen que puede ocurrir en la obra.

Además, será importante que cada alumno aporte al grupo su propia interpretación de los hechos, argumentando los motivos que le han llevado a pensar de una determinada manera y conociendo las opiniones de sus compañeros de forma que se puedan establecer debates en los que se reflexione acerca de las acciones de los personajes y de las situaciones que ocurren en la obra.

Posteriormente, se puede relacionar los acontecimientos de la obra, con los que se dan en la vida real y, más concretamente, en el propio colegio; profundizando, de esta forma, en los motivos y circunstancias que provocan dichos acontecimientos.

Por otra parte creo que es importante que, mientras se realizan este tipo de actividades, los alumnos no se vean presionados u obligados a la participación; pues, de lo contrario, comenzarían a ver la lectura como una forma de evaluación y no como una opción más para disfrutar del tiempo libre.

Por último, se llega a las actividades posteriores a la lectura que deben realizarse siempre tras haber finalizado el libro; de manera que todas las incógnitas hayan sido desveladas, que el argumento se conciba de forma completa y que la obra se pueda analizar de forma global.

Además, es importante enfocar este tipo de actividades finales de manera que los alumnos consigan interiorizar un poco más la obra y sentirla como algo propio; para lo que es importante intentar relacionar la obra con el contexto propio y conseguir que el lector pueda dar un significado emocional a la obra.

Por ello, es importante que los alumnos puedan realizar conclusiones acerca de la obra, que realicen valoraciones objetivas y subjetivas en relación a las situaciones que se dan en la obra y que argumenten la interpretación que hacen sobre los diferentes momentos de la obra, sobre las acciones que realizan los personajes o sobre cómo creen que se sienten dichos personajes en cada momento de la trama.

También puede ser muy interesante el hecho de explicar al resto de compañeros cómo se han sentido durante la lectura, las sensaciones que han despertado en ellos mismos las situaciones que se dan en la obra o la opinión que tienen acerca del libro como obra literaria; siempre aportando razones y argumentos concretos que desarrollen, además, la capacidad de expresión y el espíritu crítico del alumnado.

Finalmente, se pueden realizar pequeños debates para comentar la relación entre los diferentes personajes y los motivos que les llevan a actuar de una determinada manera, las causas y consecuencias de las situaciones que se dan en la obra o la creación de finales alternativos con los que, a pesar de ser actividades de creación, el niño se sienta un poco más cercano a la obra que ha leído.

Y ahora que hemos aprendido la forma de acercar los libros a nuestros alumnos, debemos ser conscientes de que un profesor que no esté apasionado por la lectura, jamás podrá inculcar en sus alumnos el gusto por leer.

Ya hemos sentado las bases para convertir a nuestros alumnos en futuros lectores… ¡¡Hagamos las cosas correctamente para construir un mundo de lectores a partir de estos cimientos!!

¡¡Viviendo entre el pasado y el presente!!

Tras finalizar la tercera etapa, podríamos decir que hemos llegado al ecuador de nuestro viaje; y lo hacemos tras haber recorrido multitud de parajes folclóricos y llenos de una larga tradición, tras haber disfrutado con multitud de historias y después de habernos acercado un poco más al origen de todos aquellos cuentos que todos hemos escuchado alguna vez cuando éramos niños.

Y lo cierto es que, en esta etapa del viaje, hemos sido custodiados por las hadas y los duendes; pues nos hemos adentrado por interesantes caminos de fantasía e ilusión en los que hemos podido conocer a multitud de reyes y bandoleros, a princesas y amables bestias e incluso a hombres y mujeres del futuro y del pasado.

Y ahora podremos emplear nuestra experiencia por esos caminos para transmitir multitud de historias y soñar con las hazañas de todos esos personajes que observaban nuestro trayecto; y es que, a veces, la ficción está tan cerca de la realidad, que por un momento llegas a pensar que todas esas aventuras y personajes que te rodean son reales.

Porque… ¿¿Quién no ha contado historias alguna vez en la oscuridad de la noche?? ¿¿Acaso no disfrutamos todos por igual de aquellos cuentos alrededor de la lumbre?? ¿¿Creéis que se puede llegar a perder la ilusión por escuchar las aventuras de valientes personajes??

Ahora sabemos dónde debemos buscar para encontrar historias, hemos aprendido cómo debemos contar los cuentos e incluso hemos comprendido que hay historias que parecen más interesantes cuando son leídas por otros; y por eso debemos emplear esta experiencia para conseguir que las futuras generaciones sigan disfrutando de aquellas historias que, anteriormente, ilusionaron a sus padres y abuelos.

Y es que, como futuros maestros, debemos ser conscientes de la importancia que han tenido los textos folclóricos a lo largo de la historia; una importancia que se puede recuperar mostrando a los niños multitud de cuentos entretenidos que, posteriormente, podrán transmitir a sus padres de esa forma tan propia que tienen los más pequeños de contar historias.

Además, el hecho de que padres e hijos se cuenten mutuamente distintas historias será una forma interesante de mejorar las relaciones entre ellos y hacer que se pase más tiempo en familia; haciendo, además, que los propios niños cojan el gusto por la literatura.

Finalmente, podría ser interesante el hecho de contar las diferentes versiones de un mismo cuento folclórico para que los niños observen las diferencias y vean cómo el carácter oral de este tipo de textos ha provocado que existan variaciones entre las diferentes versiones.

En definitiva, creo que como maestros de Educación Primaria, debemos guiar a nuestros alumnos por los maravillosos senderos del folclore y presentarles a esa gran cantidad de personajes que hemos conocido en esta etapa del viaje.

Adaptando realidades...

La actividad de este segundo bloque consiste en la adaptación del cuento “La princesa y los siete bandoleros” para alumnos de cuarto curso de Educación Primaria; siendo el objetivo principal el de cambiar ese carácter realista del cuento original para trasladar a los niños a un mundo imaginario y lleno de fantasía, fomentando con ello un mayor desarrollo de su imaginación y haciéndoles ver que la literatura no siempre debe estar relacionada con el mundo real.

No obstante, se intentará mantener el esquema básico del cuento y las características pruebas a las que se debe someter el personaje principal en este tipo de cuentos.

“En un lugar muy lejano, rodeado de hermosas montañas y grandes lagos, vivía la pequeña Gea junto a sus ancianos padres y a su queridísimo hermano Doro; los cuatro eran muy felices y solían pasar muchos días paseando por entre las montañas, bañándose en los lagos y alimentando a los muchos animales que siempre se les acercaban.

La vida en el pequeño pueblecito era muy tranquila y sus habitantes jamás habían tenido problemas hasta que, un día, aterrizó en una de las montañas aquel barco volador.

Todos estaban muy extrañados con la llegada de aquella misteriosa embarcación, así que los habitantes del pueblo se acercaron a investigar para dar la bienvenida a la tripulación; pero, cuando llegaron, se encontraron con que no había nadie dentro, así que decidieron volver a sus casas y esperar a que pronto apareciesen las personas que habían llegado en aquel navío.

Todos volvieron hablando acerca de aquella visita inesperada, pero ninguno de los habitantes del pequeño pueblecito podía imaginar lo que encontrarían al regresar…

¡¡Todas las entradas del pueblo estaban custodiadas por unos seres de extraña apariencia!!

Intentaron acceder a sus hogares, pero aquellas criaturas decían estar buscando algo importante y no les permitirían el paso hasta encontrarlo; tras muchas horas de espera, una de las criaturas se arrodilló ante Doro y mostró su forma humana.

Tras verlo, sus compañeros de viaje también adoptaron forma humana y amenazaron a Doro con destrozar todo el pueblo si no acudía con ellos; decían algo acerca de la solución a unos problemas y hablaban continuamente de la cicatriz de su brazo y de la inconfundible pulsera que siempre llevaba.

Gea no estaba dispuesta a permitir que se llevaran a Doro, se había convertido en una jovencita muy valiente y su hermano era lo más importante para ella; pero entonces, fue el propio Doro quien le dijo que no se preocupara, que iría con aquellos extraños seres y que pronto volvería a su lado.

Doro se despidió de todos los habitantes del pueblo, que le agradecieron que salvara el pueblo, y le regaló a Gea la pequeña pulserita antes de emprender camino hacia el extraño barco volador.

Los días pasaban en el pequeño pueblecito y todo volvió a la normalidad, pero Gea siempre estaba triste; acariciaba la pequeña pulserita de Doro y miraba al cielo esperando el regreso de aquel barco que le devolviera a su querido hermano.

Un día, sus padres no aguantaron más la tristeza de la joven Gea y decidieron contarle que, tanto ella como su hermano, les habían sido entregados por unas extrañas criaturas similares a las que se habían llevado a Doro; que realmente no eran sus verdaderos padres y que siempre temieron la posibilidad de que un día volvieran para llevárselos.

Entonces, Gea les pidió que le explicaran cómo llegar al lugar en el que, años atrás, ella y su hermano les habían sido entregados; les aclaró que necesitaba buscar a su hermano y les prometió que, algún día, volverían juntos para verles y explicarles el misterio de su origen.

Los ancianos aceptaron y dijeron a la joven Gea cómo llegar a aquel lugar, se despidieron de ella y le pidieron que tuviese mucho cuidado…
La valiente Gea, muy convencida, siguió las indicaciones de sus padres y se adentró en uno de los bosques de las montañas que rodeaban su pueblecito, era un lugar que no conocía a pesar de haber pasado su infancia jugando con Doro en aquellas montañas.

Estuvo muchas horas buscando, pero anochecía y no encontraba ninguna pista que le sirviera para encontrar a su hermano, así que decidió buscar un refugio para dormir; pensó que lo mejor sería pasar la noche en una pequeña cuevecita que había visto durante el día, parecía imposible acceder a ella, pero estaba cansada y decidió hacer un último esfuerzo, así que intentó trepar por unas rocas para acceder al refugio… ¡¡¡Pero se resbaló, se golpeó la cabeza y perdió el conocimiento!!!

Cuando al fin despertó, Gea estaba tumbada en una cama junto a una pequeña chimenea; misteriosamente había llegado a una casa muy antigua y bastante descuidada, se sentía confusa y dolorida, pero decidió levantarse y buscar a alguien que pudiese explicarle por qué estaba allí.

No había nadie en aquella especie de barracón en miniatura, así que salió de la casa para curiosear un poco… ¡¡¡Parecía un pequeño pueblecito del pasado!!! Era como si se hubiese trasladado varios siglos atrás, los caminos estaban sin asfaltar y las pocas personas que había en la calle vestían ropa muy antigua y se alejaban de ella sin perderla de vista.

Gea intentó hablar con los habitantes de aquella especie de pueblo medieval, pero todos huían cuando intentaba acercarse; así que decidió volver al pequeño barracón a esperar a que alguien regresara.

Pensó que estaría bien limpiar la casa y preparar una buena comida como agradecimiento por haber sido salvada; así que comenzó a trabajar en ello y, cuando terminó, buscó el cuarto de baño para ducharse y arreglarse un poco. Pero lo cierto es que lo único que encontró fue una especie de barreño enorme en un cobertizo que había en el patio exterior, así que decidió limpiar a fondo el barreño y llenarlo de agua para adecentarse; dejó su ropa encima de una de las muchas camas que había alrededor de la estancia principal y se pasó un rato lavándose en aquel barreño.

Cuando terminó, volvió a la estancia principal y se comenzó a vestir de nuevo cuando llegaron siete muchachos desaliñados, con un aspecto sucio y bastante descuidado; se puso nerviosa, pues no había terminado de arreglarse y los siete jóvenes se habían empezado a reír al ver a Gea sonrojada y avergonzada por la situación, pero salieron de la casa y dejaron que su invitada terminara de arreglarse.

Cuando estuvo lista, Gea salió de la casa y se presentó educadamente, se disculpó por la incómoda situación que acababan de vivir y les dijo que había limpiado la casa y había estado cocinando algo como muestra de agradecimiento.

Todos juntos entraron en la casa y, mientras disfrutaban de aquella comida que Gea había estado preparando, los muchachos entraron con ella en la casa, le explicaron que eran hermanos y que la habían encontrado inconsciente en el bosque durante una de sus salidas para cazar; pero la joven seguía mirando a los siete hermanos con curiosidad, intentando pensar qué clase de gente podía vivir anclada en el pasado y apartada del mundo en un lugar como aquel.

Zuin, al que todos conocían como “el diablo” por su ingenio y la infinidad de travesuras que había cometido cuando era más pequeño, se dio cuenta de las dudas que se arremolinaban en la mente de Gea; así que la miró y le explicó con todo detalle la historia de aquel pueblo.

Le contó que, hace muchos años, se abrió una brecha en el tiempo y surgieron dos pueblecitos que, desde aquel momento, habían estado en guerra; misteriosamente, en un lado de la montaña apareció un pueblo del pasado y, al otro lado, un pueblo del futuro.

Ambos pueblos quisieron imponer su voluntad desde el principio para, posteriormente, comenzar a cambiar aquella sociedad corrupta del presente. Los habitantes del pasado querían volver a las antiguas tradiciones, a aquella sociedad en la que todos se ayudaban y en la que se podía confiar plenamente en el vecino, querían demostrar a todo el mundo que el pasado siempre debe ser tenido en cuenta para poder avanzar; mientras que los habitantes del futuro estaban convencidos de que la única manera de mejorar aquel mundo presente era a través del progreso y del conocimiento que les había proporcionado el paso de los siglos, utilizando todas las tecnologías que tenían a su disposición y haciendo ver a toda la sociedad que siempre se debe mirar hacia delante.
Gea se quedó sorprendida y no sabía muy bien cómo reaccionar, Zuin “el diablo” era el menor de los siete hermanos, pero se había convertido en el líder de aquel pueblo del pasado debido a su inteligencia y a su valentía.

Toda aquella historia era muy extraña y empezó a pensar en su hermano, en aquellas extrañas criaturas que se convertían en personas normales y en el barco volador que le arrebató a Doro; entonces se dio cuenta de que aquellas criaturas eran los seres humanos del futuro, pero seguía sin entender los motivos por los que se habían llevado a su hermano.

Cuando terminaron de comer, Gea les pidió a los siete muchachos que le permitieran vivir allí, les dijo que necesitarían a alguien que cuidara de ellos cuando enfermaran y que les ayudara con las labores domésticas mientras ellos planeaban las batallas y luchaban contra los hombres del futuro; pero lo cierto es que había estado pensando que, si realmente Doro estaba en aquel pueblo del futuro, la única manera de volver a encontrar a su hermano era permaneciendo con aquellos siete jóvenes.

Pasaron muchos meses, Gea se había convertido en una más y vivían como una gran familia, pero Zuin observó que todos los hermanos habían empezado a verse atraídos por Gea y competían entre ellos por ganarse un poco más a la joven; así que decidió reunirlos a todos para terminar con aquella situación, les hizo entender que la vida de todos ellos correría peligro si no se mantenían unidos y que lo más importante era vencer a los habitantes del futuro y que ya se vería lo que pasaba si más adelante surgía el amor entre Gea y alguno de los siete hermanos.

Así, todos decidieron mantenerse unidos y tomaron a Gea como a una hermana más, para algunos de ellos se convirtió en una consejera y confidente e incluso la dejaban participar en la planificación de las batallas y en las bromas de todos los hermanos; pero la joven siempre les insistió a todos en que, pasara lo que pasara en las refriegas con los hombres del futuro, no debían matar a nadie y simplemente capturarlos como prisioneros.

Todo parecía ir bien, Gea había se había acostumbrado a vivir con aquellos muchachos que la llamaban “Verdeprado” por el color de sus impresionantes ojos, y era feliz con su nueva familia; pero, un día, los siete hermanos estaban tardando demasiado en llegar, Gea se estaba impacientando y pensó que les había podido pasar algo en la batalla.

Pasaron las horas y empezó a anochecer cuando, de repente, entraron a la casa los dos hermanos mayores, estaban muy heridos y le explicaron a Gea que habían sufrido una emboscada mientras cazaban; los hombres del futuro les habían capturado y sólo consiguieron escapar ellos dos y Zuin, que había decidido volver a buscar a sus otros cuatro hermanos.

“Verdeprado” se puso muy nerviosa, curó a los dos hermanos y esperó a que se durmieran para salir a buscar al resto; mientras caminaba hacia el pueblo del futuro, se dio cuenta de que se había enamorado de Zuin y que era por quien más preocupada estaba, así que aceleró su paso para encontrar a sus hermanos.

Cuando llegó al pueblo, observó a sus cinco hermanos en una especie de plaza, habían capturado también a su líder y había un gran alboroto porque el rey estaba en camino; les iban a juzgar y a condenar, así que Gea se escondió pensando en la manera de sacar de allí a sus hermanos.

Estaba desesperada, tenía miedo y no sabía qué hacer, sólo pensaba y pensaba hasta que, de repente, apareció el rey que los juzgaría; era una criatura parecida a las demás, pero le resultaba muy familiar y estaba segura de haber visto antes a aquel extraño ser…

¡¡Era su queridísimo hermano Doro!!

La cicatriz de su brazo acabó por disipar todas sus dudas, así que salió de su escondite y pidió al rey que no matasen a aquellos hombres; enseguida la capturaron y Doro se acercó a ella para preguntarle quién era y por qué estaba allí.

Entonces le enseñó la pequeña cadenita que le regaló al marcharse y Doro recuperó su forma humana; la levantó del suelo y la abrazó mientras todos los demás se preguntaban qué pasaba allí…

Gea le preguntó a su hermano por qué se había convertido en el líder de aquellos seres y le solicitó que soltara a aquellos jóvenes que tanto le habían ayudado; pero Doro le dijo que ella también era una mujer del futuro, que era la princesa y que aquel aspecto que adoptaban era sólo producto de una tecnología que utilizaban para mantener su anonimato.

El nuevo rey del futuro intentó convencer a su hermana de que aquellos muchachos también eran sus enemigos y que sólo la habían ayudado porque nunca supieron quién era realmente.

Pero la valiente joven le dijo a su hermano que la guerra no solucionaría nada y que, hubiese ocurrido lo que hubiese ocurrido; tanto el pueblo del pasado, como el pueblo del futuro debían ser los que se adaptaran a las costumbres del presente. Le recordó que, a pesar de sus orígenes, ellos habían crecido entre la gente del presente y le hizo ver que, dentro de aquella sociedad que ambos pueblos querían cambiar, también existía gente buena como sus padres y los habitantes del pueblo en el que se criaron.

Gea hizo comprender a Doro que la guerra debía terminar y que no debían imponer a los hombres del presente sus ideas, sino conseguir que el futuro y el pasado se unieran para crear un presente mejor.

Entonces Doro comenzó a llorar y se dio cuenta de sus errores al haber tomado partido en aquella guerra, ordenó la liberación de los prisioneros y negoció con Zuin la colaboración de ambos pueblos para adaptarse al presente y para volver todos juntos al pueblo en el que habían crecido.

Todos entendieron que debían mejorar y fundaron un nuevo pueblo en el que los habitantes del pasado, del presente y del futuro pudieran convivir y aportar algo diferente a una nueva cultura formada por lo mejor de las culturas anteriores; además, Gea y Zuin se casaron y fueron proclamados reyes de aquella nueva sociedad, siendo Doro y los otros seis hermanos los consejeros reales."

¡¡¡Y así, queridos amigos, es como dio comienzo una nueva sociedad mejor en la que todos vivieron felices!!!