15 ene 2012

¡¡No dejes de brillar!!

Tras haber disfrutado una noche más del placer que aporta la creación literaria, nos vimos caminando hacia nuestro alojamiento por un sendero rodeado de plantas, flores y árboles; la luna llena brillaba en el cielo con gran fuerza y pronto observé cómo una sonrisa se me había dibujado en la cara sin haberme dado cuenta.

Estaba disfrutando muchísimo de aquel paseo por la naturaleza rodeado de mis compañeros cuando, de repente, alguien observó una pequeña luciérnaga en el camino; desprendía una preciosa luz verdosa que nos hizo estar admirando a la pequeña criatura durante muchos minutos, pero era demasiado tarde y no podíamos permitirnos parar más, así que continuamos nuestro camino.

Todos comentaban lo maravillosa que era la naturaleza y las criaturas tan fantásticas que había en ella, pero yo andaba dando vueltas a algo…

Intentaba recordar aquel precioso vídeo que pude ver hace algún tiempo, pero lo único que podía recordar era que aparecían una luciérnaga y una serpiente; así que me acerqué al señor Keating, estaba convencido de que conocería la historia y pensé que podría ser bonito compartirla con mis compañeros…

El señor Keating empezó a reír y dijo que se trataba de una de sus historias preferidas, así que decidió contarnos el cuento de la luciérnaga y la serpiente mientras continuábamos nuestro camino de regreso.


Era una historia preciosa, pero el hecho de escucharla nuevamente me permitió analizarla más detenidamente y valorar el mensaje que nos quería transmitir; y es que, al igual que la luciérnaga, a veces observamos cómo algunas personas sufren sin merecerlo y cómo otras personas dedican sus esfuerzos a intentar quitar de en medio a todo aquel que brille más.

Por eso, como maestros, debemos proteger a esos pequeños que destaquen y hacerles saber que, a lo largo de su vida, habrá mucha gente que intente dañarles por el simple hecho de brillar con luz propia; estamos obligados a transmitirles una fuerza con la que puedan enfrentarse a las situaciones complicadas y debemos mentalizarles desde muy pequeñitos para que entiendan que deben intentar dar siempre lo mejor de sí mismos a pesar de la envidia de la gente.

Pero… ¿¿Qué clase de profesores seríamos si sólo nos dedicásemos a dar consejos?? ¿¿Sería justo dejar a una pequeña luciérnaga encerrada en una habitación llena de serpientes y pedirle que siguiera brillando?? ¿¿Realmente con unas simples palabras conseguiremos evitar algún tipo de sufrimiento??

¡¡¡Jamás debemos quedarnos en bonitas palabras y buenas intenciones!!!

¿¿Acaso no nos damos cuenta de que las serpientes también están sufriendo?? ¿¿No será mejor intentar hacer que se valoren a sí mismas en lugar de pensar que son seres malvados?? ¿¿Por qué no intentamos adiestrar a esas pequeñas serpientes para que protejan a las luciérnagas??

Bajo mi punto de vista, es importante proteger a los niños que destaquen; pero es todavía más importante hacer ver a la gran mayoría de niños que la envidia sólo les provocará sufrimiento, hacerles entender desde muy pequeños que, si se rodean de gente brillante, conseguirán mejorar y aprender día a día de esas personas…

¿¿Acaso no destacaría entre todas las serpientes aquella que decidiese servir de transporte y de protección a multitud de luciérnagas?? ¿¿No la haría mucho más bella la propia luz de las luciérnagas reflejada en su cuerpo?? ¿¿Por qué luchar contra algo o alguien que puede aportar tantas cosas buenas a sus más cercanos??

Si nos paramos a pensar nos daremos cuenta de que en el mundo existen muchas más serpientes (personas no brillantes) que luciérnagas (personas brillantes); y que, de entro todas las serpientes, hay algunas que destacan más que otras, las hay buenas y malas, con diferentes formas de pensar e incluso con diferentes habilidades y capacidades.

Por eso, tan importante es proteger a las luciérnagas como hacer ver a las serpientes que pueden llegar a ser igual de bellas e importantes; hacerlas sentir también valoradas y educarlas en el respeto hacia las luciérnagas y hacia el resto de serpientes, ya que de esta forma conseguiremos que dejen de perseguir a todas aquellas criaturas que desprendan un brillo propio y, además, conseguirán vivir mucho más felices con ellas mismas y con todo lo que les rodea...

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